lunes, 28 de octubre de 2013

Se nos habían olvidado las muelas....


Somos tontos, Mario lleva unos diez días con muchas babas, mordiéndose las manos, con cacas raras y alguna escocedura, con carácter raro, con sueño ligero, con muchos mocos de nariz, vomitando sin motivo aparente de vez en cuando. Y nosotros a verlas venir, hasta que diez días después nos hemos acordado de que no hemos acabado con la boca y de que le faltan un montón de muelas. El pobre no se ha quejado, así que cada cosa la habíamos achacado a algo diferente.


Pero acabo de pasar los dedos por sus encías, y le esta saliendo una muela en cada lado de abajo, el pobre lo tiene todo inflamado y lleno de picos por la derecha y por la izquierda, aunque me temo que le queda todavía un tiempo para romper. ¿Cómo no nos hemos dado cuenta? Tampoco es que le podamos ayudar mucho, pero bueno, por lo menos sabemos lo que es y lo intentamos, por eso está tan intenso el pobre.... La próxima vez va a tener que encender un neón, porque acabamos con los colmillos y se nos olvidó el asunto. Tontos, no nos queda nada. Y por eso las laringitis!!!!

lunes, 21 de octubre de 2013

Discusiones filosóficas (II)

Después de que Mario y otra amiga de la guardería la liaran en el baño mientras los demás dormían la siesta (con la escobilla, para dar algún detalle más), le recojo, me entero de la historia por boca de su profe y le regaño de camino a casa. Mario me explica que fue a hacer pis, la amiga, que todavía usa pañal, le acompañó, y mientras él hacía lo suyo, la otra cogió la escobilla y la lió. Cuando le digo que si ve a un amigo haciendo algo mal, tiene que intentar pararle o avisar a la profe, y no reír la gracia como me imagino que ha hecho, se queda un buen rato pensativo: "Mamita, vale, Mario lo ha hecho muy mal. Pero X (la amiguita) lo ha hecho FATAL". Desde ese día esa es la graduación que aplica a todo, muy mal y FATAL, depende de lo grave que sea el hecho.

Ayudar en la cocina

Siempre nos ha parecido que la mejor manera de que Mario aprecie la comida y le guste todo (o casi todo, pero por lo menos que lo pruebe), es involucrarle en preparar las cosas.

Cuando era un bebé, siempre nos veía cocinar lo suyo y lo nuestro, y nos veía comer. Siempre ha disfrutado mucho desde la puerta de la cocina viendo todo, le hemos dejado jugar con los cacharros y con los ingredientes, hemos intentado que nos acompañara a hacer la compra (que ahora es cosa de chicos, van padreprimerizo y él al "pimpli" como el llama al Simply que hay al lado de casa), le hemos ido dejando probar distintos sabores, etc.

Desde que ha podido, también le gusta meter mano, claro. Le ponemos un babi y aunque todo es más lento y laborioso con él de pinche, siempre que hay tiempo le dejamos batir un huevo, pintar una empanada, mezclar ingredientes, encender la luz del horno y ver cómo va todo. Y lo que dejamos para disfrutar con él son los panes y los dulces caseros, porque con estas cosas puede ayudar mucho a cocinar y disfrutar mucho también al comerlas...

Estamos haciendo muchas recetas propias (ya os pasaré alguna) y muchas otras de este libro, que le encanta. Os recomiendo las actividades en la cocina, son divertidas, aprenden mucho y ayudan a que coman de todo. Un ejemplo tonto: a Mario no le gustaban los sandwiches hasta que este verano preparamos una especie de buffet para cenar con todos los ingredientes encima de la mesa y cada uno se montó el suyo. Desde esa noche, cuando hacemos un sandwich (y ya no hace falta toda la parafernalia) de lo que sea, es feliz.


domingo, 20 de octubre de 2013

Letras y números

La relación de Mario con las letras y números hasta ahora ha sido de amor/odio. Hay días que le interesan mucho, y de repente, aprende un montón y a la primera. Otros días, no le interesan lo más mínimo y parece que hasta desaprende.... Como siempre, nuestro gordo sin término medio.

Pero bueno, es pequeñito todavía y yo creo que no vamos mal. Ya os contaba en esta entrada que tenemos un libro que le encanta y con el que se va aprendiendo letras y las va asociando con palabras que empiezan por esa letra (importante en los juegos y en los libros para aprender letras que estas palabras sean reconocibles para el niño y que se vean minúsculas y mayúsculas, si no se lían). No tiene preferencia por las vocales o consonantes, se aprende las letras porque le gusta el grafismo o porque le gustan las palabras.

Además, cuando dibujamos siempre nos pide que escribamos su nombre y papá y mamá. Así que las primeras letras que aprendió fueron la M, la P y la A. Cuando vamos por la calle o por un centro comercial, se fija mucho en las letras de los letreros y publicidades, así también va aprendiendo.

Pero lo que hemos notado mucho es que, al aficionarse últimamente a los cuentos (otro día os lo explico, eso ha sido una novedad), ha empezado a fijarse en las palabras, no sólo en letras individuales. Y por ejemplo, ya reconoce la palabra papá y la palabra abuelo, que aparecen mucho en uno de los cuentos.

En cuanto a los números, los grafismos los está aprendiendo más o menos al mismo ritmo que las letras. Con un libro que tenemos en casa, con los cuadernos de verano. En casa de mis padres el abu le enseña a veces un número en un cuento, y le pide que lo busque entre unos números que dibujaron en unas hojas los dos juntos y que le pone al otro lado de la habitación. Le dice "Mario, trae el 3" y Mario sale corriendo, busca la hoja con el 3 y se la trae. No se equivoca prácticamente nunca, y le encanta el juego, así que voy a empezar a hacerlo con las letras que nos faltan en casa. 

Lo que lleva un poco peor, es comprender el significado de los números, a veces parece que sí sabe contar con números bajos (tengo dos coches, dame una galleta, tengo tres cuentos), pero otras veces no lo veo tan claro.... Tenemos un ábaco que le gusta mucho, pero sus juegos con él nunca tienen que ver con contar. ¿Qué pensará? Es un misterio.


martes, 15 de octubre de 2013

Perdón

Mario aprendió muy rápido a decir gracias, de hecho jugando a toma-dame lo comprendió en seguida y fue una de sus primeras palabras. El por favor ha sido un poco más complicado, pero también ha ido comprendiendo su significado y lo usa bastante,  a pesar de lo impaciente que suele ser cuando pide las cosas.

Sin embargo, una señal de que está madurando mucho últimamente es que ha comenzado a pedir perdón cuando mete la pata. Hasta hace poco ni lo habíamos intentado, pero hace un mes le regañamos, ya no me acuerdo por qué, y le explicamos qué significaba pedir perdón y cómo se hacía. La primera vez yo creo que no lo entendió mucho, y no insistimos más, pero poco a poco hemos visto que lo asumía y que lo empezaba a utilizar espontáneamente.

Ayer su padre y él se enfadaron a última hora por un desencuentro jugando con los amigos en la urbanización (por lo visto se puso en plan abusón para quitarle un juguete a un niño más pequeño, cosa que no le habíamos visto hacer nunca hasta ahora). Así que se subieron a casa después de una regañina y una rabieta. Mario no está acostumbrado a enfados importantes en casa, porque la verdad es que suele ser fácil razonar con él, es bastante obediente y no le suelen dar rabietas. Por lo que lleva fatal que le regañemos o que le digamos que piense un rato lo que ha hecho mal. Cuando se dio cuenta de lo había hecho mal (ffffffatal, como dice él) hecho un mar de lágrimas nos pidió perdón a los dos y nos propuso buscar al niño "maltratado" esta tarde para pedirle perdón a él también. Y no lo dijo haciendo teatro, lo sentía de verdad. A veces nos deja alucinados....

martes, 8 de octubre de 2013

Laringitis de repetición

El punto débil de Mario siempre ha sido su laringe. El primer invierno, que se lo pasó malo entero, las veces que fuimos a urgencias siempre fue porque se ahogaba. Al final compramos la máquina de aerosoles y cuando se ponía mal, siempre en mitad de la noche, le hacíamos todo el tratamiento en casa.

El invierno pasado, ya con toda la homeopatía para mejorarle sus defensas, sólo tuvo cuatro laringitis, una por colmillo. Todas leves y que pudimos arreglar en casa. Pero este mes de Septiembre hemos tenido ya dos, y en la de la semana pasada, después del tratamiento habitual en casa, nos tuvimos que ir al hospital corriendo porque se nos estaba ahogando.

Como enfermedad, la laringitis en un niño es un poco desconcertante. Por lo menos en el caso de Mario, empiezan de golpe y sin avisar, siempre de madrugada, siempre muy aparatosas (tos de perro y asfixia, lo que a veces le hace vomitar por los esfuerzos) y siempre muy leves a partir del día siguiente, normalmente Mario se encuentra bien muy rápido, en cuanto recupera la noche de sueño perdida. Le suelen quedar algo de tos y de afonía, eso sí. Y supongo que agujetas de los esfuerzos por respirar, aunque el pobre no se queja....

Hemos vuelto al pediatra/homeópata y nos ha dado una serie  de recomendaciones. Por lo visto el problema es que Mario tiene la laringe un poco estrecha y genera mucho moco en esa zona, por eso se ahoga con tanta facilidad. Nos han cambiado un poco la homeopatía para intentar que no haga tanto moco, nos han recomendado que usemos un humidificador en las épocas del año peores (que son otoño y primavera) y si la cosa se pone fea, otra homeopatía, los collarines de alcohol, las ventanas un poquito abiertas para dormir a pesar del frío, una almohada alta, etc. Una serie de cosas que iremos probando a ver si nos evitamos algún episodio, o por lo menos, si minimizamos los sustos (que aunque ya estamos acostumbrados, qué mal se pasa cuando no le entra el aire, por Dios).

En la imagen el humidificador que hemos empezado a utilizar, por las tardes en el salón y al principio de la noche en su habitación, es cómodo porque se puede programar y nos salió bien de precio.


martes, 1 de octubre de 2013

Discusiones filosóficas (I)


"Tengo un vaca lechera, no es una vaca cualquiera, me da leche merengada, hay que vaca más salada, tolón, tolón, tolón, tolón" "Noooooooooooo mami, es una vaca, no hace tolón, tolón" "¿No?" "Noooooooooooo mamá, hace muuuuuuuuu. Cántala bien, por favor."
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