jueves, 10 de marzo de 2011

El día y la noche

Desde el día que llegamos a casa hemos intentado que Mario distinga el día de la noche, y con una rutina muy sencilla no ha costado casi nada.
Entre las 8 de la mañana y las 20 de la tarde/noche, para Mario es de día. Esto significa:
  • Que está en su cuna pero en la habitación en la que nosotros estamos, el salón. Por lo tanto, con luz y con ruido. En concreto ponemos la cuna al lado de la ventana y de la calefacción, así tiene luz y está calentito.
  • Que las tomas son en la misma habitación en la que estamos, en el sofá, le hablamos, jugamos con él, le cambiamos el pañal con normalidad, etc.
Sin embargo, entre las 20 de la tarde/noche y las 8 de la mañana, para Mario es de noche:
  • La cuna está en nuestra habitación, que es donde duerme el niño estos primeros meses. Está a oscuras y en silencio. Los primeros días la pusimos a los pies de la cama, porque se encargaba más su papá de él y además así el niño y yo estábamos más tranquilos (yo oigo cualquier ruidito que hace y ya me preocupo, y parece que él me huele...). Luego ya la hemos puesto en mi lado porque nos era más cómodo.
  • Las tomas son en la cama, casi no le hablamos, si le decimos algo es con susurros, nada de juegos. Y si sólo tiene un poco de pis, no le cambiamos el pañal en las tomas de madrugada. Mientras tenga el culo sequito, mejor no espabilarle.
Haciéndolo así, en seguida nos hemos dado cuenta de que se comporta diferente por el día y por la noche, y que es más fácil que vaya cogiendo una rutina "normal". Como cuando la acostamos a las 20 nosotros todavía no nos acostamos con él, hemos comprado uno de estos walkie-talkies para bebés  (los más sencillos, se trata sólo de escucharle si le pasa algo, se queja o llora) y así cenamos tranquilos y podemos ver un rato la tele sin tener que preocuparnos de si nos necesita para algo.

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