viernes, 15 de abril de 2011

Mi niño el aventurero

Vengo muerta de risa. Hemos salido de paseo Mario y yo con un sol espléndido, pero cuando estábamos en la otra punta, ha cambiado el tiempo, se ha levantado un vendaval y ha comenzado una tormenta. 
No tenía muchos sitios para ponerme a cubierto, y además iba un poco justa de tiempo para la comida de Mario, así que como de momento no caía mucha lluvia, he decidido aligerar y volver a casa lo más rápido posible. Obviamente, no llevaba la capota para la lluvia, porque cuando salimos hacía un día precioso. Y yo toda preocupada.
Y para mi sorpresa, mi niño dentro de su cuco, primero ha puesto una cara rara con el viento, luego ha abierto los ojos como platos y cuando hemos empezado casi a correr y a coger todos los baches y encima le caía de vez en cuando un goterón, ha empezado a lanzar grititos de alegría y a reirse.
Total, que ha llegado a casa con una juerga en el cuerpo increíble y con cara de haber estado en el parque de atracciones. Si pudiera hablar, mañana me pide que repitamos.

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