martes, 22 de marzo de 2011

Biberones, leche y baberos

Al principio estamos esterilizando los biberones y el agua. Sabemos que hay teorías, y que en Madrid se supone que no es imprescindible, pero bueno, nos quedamos más tranquilos. Así que por las mañana y por la noche ponemos dos cazos en el fuego: uno con el agua para los biberones y otro con los biberones previamente aclarados en agua (todos los componentes). Dejamos que hiervan un minuto y los retiramos.
Cuando el agua de los biberones se ha enfiriado un poco la metemos en un termo y así cada vez que preparamos un bibe sólo es echar en él la cantidad de leche y de agua que sea y agitar bien, no tenemos que enfirarlos ni calentarlos.
Nosotros estamos utilizando los biberones del DrBrown's, porque nos dieron uno de muestra antes de que naciera Mario y nos gustó lo del sistema anti-cólicos. De momento con las tetinas de silicona de flujo 1 (el agujero más pequeñito), que son simétricas (otras marcas las tienen anatómicas, pero a mi no me parece que se asemejen mucho a la forma de mi pezón y además, hay que estar mirando cómo se le meten al niño en la boca y me pareció un rollo en los bibes que nos dieron preparados en el hospital).
Hemos metido la pata y hemos comprado todos los biberones de 120 ml, ahora nos hemos dado cuenta de que en unas semanas se nos quedan pequeños. Así que mejor comprar los de 240 ml desde el principio, que tienen las mismas divisiones  ya te duran hasta los 6 meses. Con tener 4 ó 5 es suficiente, así te duran todo el día y toda la noche los que tengas preparados. Y uno más pequeño para cuando empecemos a ofrecerle agua dentro de unas semanas.
En cuanto a la leche, estamos utilizando la de Enfalac, nos la recomendó la pediatra porque es muy completa en cuanto a nutrientes (tiene DHA y Omega3) y nos dijo que tenía menos lactosa que otras, y que por lo tanto, solía provocar menos problemas de estreñimiento en los niños.
Y los baberos, ¡imprescindibles! Se manchan bastante, así que mejor tener una buena cantidad de repuesto para ir lavando (nosotros tenemos 6 ó 7). Cuando los niños son tan pequeñitos, son más prácticos los de velcro, se ponen y se quitan muy fácilmente. 
Los hay enteros de algodón, pero se impregnan de leche demasiado y llega un momento que no hay quien les quite el mal olor. A mi me están gustando más los que son de algodón por delante y un poco plastificados por detrás (no pasa nada porque esta parte no le toca la piel). No se empapan tanto y aguantan mal sin coger ese olor a leche fermentada....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas relacionadas